El Chevy de Iván Díaz

Personalizar un auto es como imprimir una huella digital: único, reflejo del carácter y el poder económico del dueño, cuyos avances se pueden medir únicamente con el tamaño de la cartera.
Pero además de tiempo y dinero, se requiere de varios años de dedicación. Lo irónico es que en muchas ocasiones esta transformación cuesta hasta tres veces su valor original y nunca se recupera esa inversión.
Pero eso parece no importar a verdaderos aficionados, como es el caso de Iván de Jesús Díaz Enríquez, de Ciudad Mendoza, a quien toca el turno de presumirnos su creación: un Chevy Monza modelo 2002.
A simple vista, la nave de Iván Díaz presenta pocos elementos estéticos y mecánicos que puedan ser destacados. Lo destacable es la pasión por personalizar su vehículo, por eso es digno de aparecer en las páginas de RxM.
Por fuera
La nave de nuestro invitado goza de una imagen sobria y bien definida. La laminación luce un color azul marino; y gris sobre el cofre y la fascia delantera.
Además presume rines de aluminio de 14 pulgadas y un escape de ‘bala’ de la marca Racing. Y como buen auto tuning, las luces no pasan desapercibidas: luce unos faros delanteros con luz de xenón, estrobos, luz de neón en el piso y luces leds en el cofre.

Lo más llamativo
En el interior está el tesoro: todo un ‘arsenal’ de sonido consistente en un estéreo Alpine, un ecualizador Clarion, 2 woofers de 12 pulgadas SoundStreet, un amplificador Total Mobile Audio, un juego de 6 bocinas Bravox y 2 Sony Xplod. Rematan el interior unos asientos delanteros tipo cubo, salidas de aire, una palanca cromada y las luces leds situadas en los asientos y en el tablero.