El vocho "volador"

El Volkswagen es uno de los automóviles más vendidos de la historia. Desde que empezó su fabricación en el año de 1938 y hasta que cesó su producción en el 2003, el vehículo demostró ser un auto confiable, carismático y económico.
Las virtudes del vocho son innumerables: desde su diseño aerodinámico (incluso hasta los autos más nuevos tienen una aerodinámica inferior) hasta su tan mencionado motor con refrigeración por aire (sin radiador). En pocas palabras, el vocho se convirtió en un automóvil de culto para el mundo entero, pero especialmente para quienes han intentado personalizarlo y adaptarlo a sus exigencias y gustos. Muestra de ello es Álvaro Rojas Martínez, quién decidió plasmar toda su afición por el tuning en su vocho modelo 1976.

Clásico por fuera
Como la imagen del vocho es clásica en el automovilismo, nuestro amigo Álvaro se esmeró en conservar intacta la imagen del Volkswagen sedán, pero adaptándola a los nuevos tiempos.
Y poniendo manos a la obra, le dio una pintada a la carrocería en color azul, le implementó unas puertas tipo ‘alas de gaviota’, le ‘cepilló’ el frente; además, le instaló un sistema eléctrico de apertura del cofre. Trabajó también en el abrillantamiento del motor, en la modificación de las calaveras y en la utilización de luz xenón en los faros.
Interior bien logrado
El interior es sin duda el lugar en donde más podemos apreciar las modificaciones. Sobresale la cabina pintada casi por completo en color blanco, los asientos tapizados y del mismo color, las molduras de las puertas, el tablero y el toldo. También encontramos algunos otros elementos como el volante deportivo, el velocímetro, el tacómetro, la palanca cromada y los pedales deportivos.

Bien explosivo
Su pequeño y simpático tamaño no se relaciona en nada con su poderoso equipo de sonido: porta un estéreo, un par de bocinas y un amplificador, todos de la marca Sony Xplod; además cuenta con dos bocinas y un woofer de la marca Pioneer, todo acompañado de un capacitor de dos faradios.

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