Del 2005 al 2012 han ingresado a México poco más de 8.5 millones de vehículos usados, mientras que el número de vehículos nuevos en el mismo periodo es de 8.1 millones; este fenómeno es una problemática que se sale de las manos por verse afectados varios sectores, no sólo la industria automotriz como tal, sino la población y las políticas gubernamentales -tanto federal como estatal-, que han hecho de este recurso parte de sus campañas electorales.
Lo anterior lo señala la compañía consultora Melgar de México, tomando como base el estudio "Melgar de México-Estadística del Parque Vehicular en México", edición 2013, que está próximo a publicarse.
Melgar de México explica que, como resultado en los últimos 7 años de la permisibilidad en el ingreso de vehículos usados procedentes del extranjero, particularmente de Estados Unidos y Canadá, a territorio mexicano, así como a la lenta recuperación de la economía mexicana, a la preferencia del consumidor, a la poca regulación de las autoridades para el ingreso de estas unidades, entre otros factores, el volumen de vehículos usados procedentes del exterior al país ha creado, al día de hoy, un mercado fuerte y bien posicionado en el gusto del consumidor nacional, principalmente en los estratos de baja y media economía.
Del 2005 al 2012 han ingresado al país poco más de 8.5 millones de unidades, aunque las cifras difieren de las que actualmente maneja la industria automotriz (6.5 millones de unidades), pues sólo consideran las unidades procedentes de Estados Unidos y Canadá, y que son controladas por las aduanas e importadores del norte del país, sin contabilizar el gran número de automotores que ingresan por la frontera sur y otros medios.
En términos reales, por la frontera norte se calcula la entrada de 6.7 millones de unidades y 1.8 millones de unidades han ingresado por la frontera sur.
Melgar de México señala que, del 2005 al 2012 en el país se han comercializado alrededor de 8.1 millones de vehículos nuevos, si lo comparamos con las cifras de las unidades usadas ingresadas al territorio mexicano es casi una relación 1 a 1 en cuanto a que por cada unidad nueva vendida se ingresa otra usada, con lo cual podemos tener un panorama de la situación que impera con este fenómeno, que no sólo obedece a un regulación por parte de las autoridades federales y estatales, sino a factores como la población y al comportamiento económico, entre otros factores.
Por otra parte, uno de los factores que también incide de manera frontal en el ingreso de vehículos usados del extranjero a “granel” es el decreto (y sus modificaciones) que permite la regularización de estas unidades, pues este mercado crece exponencialmente, ya que en el 2005 la cifra no superaba las 991,000 unidades y al cierre del 2012 se cuenta con un parque vehicular regularizado de poco más de 5.8 millones de unidades, un incremento promedio interanual de 30.04 por ciento y un aumento de 494.89 por ciento si se compara el 2012 con el 2005.
La compañía consultora destaca que otro hecho importante en todo esto, el ingreso de estas unidades no sólo es para cubrir la necesidad del consumidor para conducir un automotor, sino también para cubrir la demanda de un mercado de repuesto que crece a grandes pasos, pues al traer estos vehículos muchos de estos se descarcachizan para satisfacer las refacciones requeridas para componer algunas unidades con problemas de funcionamiento. Un mercado que ahora deberá crecer a la par de los vehículos regularizados circulantes y para lo cual tanto importadores como particulares están viendo como “un buen negocio”. Por lo que, muchas empresas de autopartes establecidas en México están poniendo sus ojos en este nuevo mercado para competir con el mercado negro de repuesto que genera la importación desmedida de estas unidades al país.
"Si bien es cierto, las autoridades federales y estatales y la industria automotriz en México han tratado de contener el ingreso desmedido de automotores usados procedentes del extranjero, principalmente de los vecinos de Norteamérica. El fenómeno es una problemática que se sale de las manos por verse afectados varios sectores, no sólo la industria automotriz como tal (como señala este sector), sino la población y las políticas gubernamentales -tanto federal como estatal-, que han hecho de este recurso parte de sus campañas electorales", Indica Melgar de México.
Otro punto importante, es que a los 5.8 millones de unidades regularizadas que circulan en el país, hay que sumarle unas 5.6 millones de unidades ilegales que circulan en el país (de este monto se calcula que 2.7 millones de unidades son las denominadas fronterizas, que circulan bajo un permiso temporal, pero que no son legales o regularizadas; cerca de 2 millones de unidades son ilegales todavía y que se calcula que poco mas de la mitad de éstas unidades están en proceso de regularización; y 0.9 millones de unidades son las que denominamos reetiquetadas, que son aquellas unidades hurtadas en el país y que se les altera el número de serie y se falsifican sus papeles, para venderlas en el interior y que circulen dentro de la República Mexicana).
Teniendo esto podemos decir que aproximadamente 11.5 millones de automotores regularizados e ilegales circulan en el país (41.05 por ciento del total circulante en el país, pues se estima que en México circulan -al cierre del 2012- unas 27.99 millones de unidades, la cifra oficial se dará a conocer el próximo mes).
En cuanto a la preferencia del consumidor, se sabe que este sector va dirigido principalmente a personas con una economía media o baja, es decir aquellas personas que, a pesar de los pocos incentivos, apoyos gubernamentales e institucionales de las armadoras y la falta de planes de financiamiento accesibles, no pueden adquirir un vehículo nuevo o seminuevo de un distribuidor o local establecido, pues su poder adquisitivo –en promedio bajo- no les permite soportar las cuotas a pagar o el monto en efectivo total de este tipo de unidades. Por lo que su opción más real es comprar un automotor usado ilegal (con vías a regularizarse) o uno regularizado.
Por poner un ejemplo: si usted es un trabajador con familia y que percibe un sueldo de entre 4,000 y 8,000 pesos mensuales, su prioridad no será la adquisición de un vehículo nuevo o seminuevo de agencia o local establecido.
Ahora suponiendo, que si con el paso de algunos años usted a ahorrado unos 30,000 pesos para la compra de un vehículo, apenas podría cubrir el enganche de un modelo básico, pero sus mensualidades de financiamiento no le permitirían mantener el ritmo de pago (pues es lógico que en sus gastos mensuales hay factores más importantes para su familia y usted), lo que provocará que le decomisen la unidad.
Por lo tanto, su opción de ahorro es comprar un vehículo ilegal o regularizado.
"Esto -dice Melgar de México- nos lleva a otra reflexión, en sí, la industria automotriz no se ve impactada de forma radical y contundente con la entrada de vehículos usados procedentes del extranjero, pues de ser así no existiría una recuperación del sector en los últimos años, porque a final de cuenta, su mercado potencial son las personas que perciben un sueldo medio-alto y que pueden solventar cualquier eventualidad de gastos de financiamiento o pago en efectivo total, y la baja en las ventas obedece más a un factor económico y a la desconfianza del consumidor en el comportamiento de la estabilidad económica de México (como ocurrió en las crisis del 2008 y 1995). Donde podría afectarle más es en el consumidor de nivel medio (tipo C, según el nivel socioeconómico), pues en lugar de invertir en una unidad nueva o seminueva (por su desconfianza de la economía, los bajos incentivos fiscales y los estrictos planes de financiamientos), adquiere un vehículo regularizado en espera de mejores tiempos para “aventarse” a comprar un automotor nuevo o seminuevo. Y eso es básicamente lo que ha pasado en esa parte de afectación de la industria, por eso las ventas aún no recuperan los volúmenes de ventas de hace 6 años. Es por esto también, que hablar de ventas por 2 millones de unidades (meta que desde hace 11 años ha esperado alcanzar la industria automotriz mexicana) está aún lejos de concretarse. Sin embargo, también el consumidor ha recuperado su confianza y es por esto que las ventas han mostrado una mejora".
"No olvidemos que otro factor que incide en la industria automotriz es que la población mexicana vive en una aparente opulencia dentro del sector socioeconómico en el que se desenvuelve, por lo que circular en un vehículo subcompacto (así sea nuevo) no es lo mismo que circular en una minivan o todoterreno (así sea regularizado), por eso dicha preferencia a la compra de unidades usadas extranjeras llama más la atención", concluye Melgar de México.
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